Las ciudades inteligentes o smart cities están en auge en todo el mundo y cada día proporcionan más
bienestar a sus ciudadanos pues esta es su función principal. Actualmente más de la mitad de población
mundial vive en núcleos urbanos y se prevé que para el 2050 esta cifra ascienda a dos tercios del total.
Las ciudades consumen el 75% de la energía generada y generan el 80% de los gases de efecto
invernadero, por lo que el desarrollo sostenible de las urbes depende cada vez más de cómo se gestione el
espacio urbano.

Este desarrollo urbano tiene como objetivo la sostenibilidad de la ciudad sin comprometer las necesidades
básicas de habitantes e instituciones.

¿Qué es una ciudad inteligente?
Las ciudades inteligentes facilitan la movilidad, mejoran los servicios sociales o hídricos, todo ello a
través de las nuevas tecnologías. El big data y el IoT ayudan a la consecución de sus principales
objetivos: reducir la huella de carbono, disminuir el consumo energético y garantizar el bienestar de sus
ciudadanos.

Como los edificios inteligentes, las ciudades recopilan patrones y datos de los usuarios para mejorar su
funcionamiento, convirtiéndose en una red de información que utiliza las nuevas tecnologías para
intercomunicar entre sí los diversos servicios que ofrece. La economía, la movilidad, el medio ambiente y
la administración de estas ciudades están íntimamente relacionados a través de la tecnología con el
objetivo de explotar al máximo sus recursos.

La interacción de los ciudadanos con las ciudades es de gran importancia, estos disponen de herramientas
como aplicaciones para optimizar el uso que hacen del entorno, conocer la calidad del aire, los tiempos
del transporte urbano o ayudar a la recogida de basura.

La recogida de basura es uno de los ejemplos de mejora en este tipo de ciudades, los usuarios de las
aplicaciones de la administración pueden enviar avisos cuando los contenedores estén llenos y estos
mismos, si son inteligentes, envían automáticamente los datos a las empresas de gestión de residuos, de
esta forma, la recolección se programa según las necesidades reales. Otro de los ejemplos tiene como
protagonista el teléfono móvil de los habitantes, este se convierte en su carnet de conducir y tarjeta de
identificación móvil lo que agiliza y simplifica los servicios gubernamentales.

Ciudades inteligentes en España
El informe de Juniper Research: Smart Cities: Key Technologies, Environmental Impact & Market
Forecasts 2022-2026 situó a Barcelona en el tercer puesto del ranking mundial de Smart cities.
Basándose en la recopilación de datos Barcelona ha mejorado su red de transporte público, creando una
red ortogonal de autobuses mucho más eficiente. Esta red, que utiliza el ensanche de Barcelona para
ordenarse, perfecciona la facilidad de uso, la conexión con otros medios de transporte, la frecuencia de
paso o la velocidad de traslado.

Otro ejemplo es el caso de los semáforos inteligentes que llevan años instalados en la ciudad condal.
Estos cambian su indicador a verde cuando se aproximan ambulancias o servicios de emergencia
despejando su camino.

El ranking de Juniper Research, se basa en la evaluación de diferentes aspectos de la ciudad, los cuales
incluyen el transporte y sus infraestructuras, la energía, la tecnología y la conectividad urbana. El top lo
lidera la ciudad de Shangay. Las ciudades asiáticas, gracias al común y rápido despliegue de plataformas
de gestión de datos y la gestión eficiente y digitalizada de servicios públicos, han conseguido escalar a las
primeras posiciones del ranking.

Las ciudades del futuro se construyen permitiendo conexiones e interacciones que faciliten un uso
sostenible de los recursos compartidos.

Son una muestra más de que la tecnología y la inteligencia artificial a nuestro alcance puede usarse para
mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y luchar contra el cambio climático que se desarrolla en
nuestras localidades.

es_ESES